Tonalidad emocional

La paciente esquizofrenica llega a consulta...
La terapeuta pregunta... ¿cómo está hoy?
La paciente contesta... Todas estamos bien, muchas gracias.

La consulta sigue...

Aun no se si ese chiste me gusta tanto por cruel o porque definitivamente me identifico demasiado. Desde que recuerdo mis cambios de ánimo son tan fugaces y continuos que a veces no alcanzo a percibirlos por completo.

A veces veo personas que por miedo, por comodidad o por costumbre deciden estar siempre iguales; permanecer constantes en un estado de ánimo. No soy capaz de imaginar como es su vida sin permitirse probar los oscuros de la tristeza profunda, los rojos brillantes de un sueño, el naranja de una sonrisa, el morado de un coraje, el azul de un brote de optimismo o el blanco intangible de un segundo de felicidad.

Yo no puedo evitarlo, vivo de un color a otro y de una textura a otra. Sentir las diferencias de cada tonalidad emocional es un mecanismo natural y recurrente en mi vida.