martes, noviembre 02, 2004

Las fiestas del pueblo

Una arregladita y la curiosidad citadina las llevó a la disco del centro en donde un mar de sombreros blancos se balanceaban al ritmo de la banda; las chicas solas se agrupaban sentadas en las mesas mientras los caballeros esperaban de pie el valor para invitarlas a la pista.

Aurora como siempre no perdía punto con los caballeros de Luciana; después de la cerveza pertinente otorgaba el permiso de baile a los caballeros, Mela distraída se perdía en el horizonte del mar de sombreros mientras Luciana navegaba entre ellos con su característico sentido del ritmo.

Cuando la curiosidad citadina se agotó regresaron a casa... al doblar la esquina alcanzaron a escuchar la despedida de un púber que decidido les comunicó su nombre y apellido...

-Me llamo Plátano y me apellido siéntate…



No hay comentarios.: