Cuando por fin a la mujer se le terminó la saliva, se le atragantó una de sus palabras o que se yo que fue lo que pasó pero se silenció por un segundo y el hombre en un impulso de valor movió los labios y quedamente articuló palabras que por la distancia no pude escuchar, sólo vi que movió los labios y miró con temor a la dama verborréica, quién un segundo después indignada le respondió con un grito aun más chillón que los anteriores...
El hombre bajó la cabeza de nuevo y la mujer volvió a maldecir sin pausa alguna, yo me mordí el labio para no soltar la carcajada y la imprudencia de contestarle con su pregunta... ¿conflictiva usted? no señora, no le haga caso, si a leguas se nota que el cabrón es su marido que no puede ni verla a los ojos… pero después me dije ¿metiche yo…? No que va, si yo ya me iba con mi leche y mis cuadritos de avena…
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