Antes de encontrar mi libreta de notas olvidé qué era aquello importante que me interesaba recordar. Constantemente he dicho que no termino por entender esa tendencia recurrente que tengo de comprar bolsos llenos de apartados interiores; Tal vez si fuese una mujer ordenada y guardara las cosas en el mismo lugar no tendría por que complicarme el uso de compartimientos interiores, pero no, definitivamente no soy ordenada y padezco la manía de cambiar continuamente el orden en el que guardo los objetos en mi bolso.
Las bolsas con bolsitas se me han vuelto un vicio delicioso; Normalmente no encuentro lo que busco pero a quién le importa la libreta de notas o las llaves después de encontrar un arsenal de besos nuevos, una manta para el frío, un jardín de gardenias, un sueño deslavado, una H que habla, un par de signos fluorescentes, una playa sin dueño, el delete que se me había jodido, un puño de horas extra, cinco chicles de canela, un tú tamaño natural, una avalancha de caricias, un boleto de avión a los lunares de tus sueños, una tormenta privada, una caja con curitas, un atardecer en rosas, una mentada de madre ilesa, barritas rojo drama, un guiño desgastado, una efe y una jota de algún teclado ajeno, un secreto descubierto y un mapa de los besos que me debes...
-¿Y la libreta?
- Sí, sí, la libreta era justo para eso, para enumerar los besos que me quedaste debiendo anoche, aunque ahora que me encuentro el plano, sería verdaderamente innecesario utilizarla para repetir tan detallada cartografía, ¿No lo crees?
Las bolsas con bolsitas se me han vuelto un vicio delicioso; Normalmente no encuentro lo que busco pero a quién le importa la libreta de notas o las llaves después de encontrar un arsenal de besos nuevos, una manta para el frío, un jardín de gardenias, un sueño deslavado, una H que habla, un par de signos fluorescentes, una playa sin dueño, el delete que se me había jodido, un puño de horas extra, cinco chicles de canela, un tú tamaño natural, una avalancha de caricias, un boleto de avión a los lunares de tus sueños, una tormenta privada, una caja con curitas, un atardecer en rosas, una mentada de madre ilesa, barritas rojo drama, un guiño desgastado, una efe y una jota de algún teclado ajeno, un secreto descubierto y un mapa de los besos que me debes...
-¿Y la libreta?
- Sí, sí, la libreta era justo para eso, para enumerar los besos que me quedaste debiendo anoche, aunque ahora que me encuentro el plano, sería verdaderamente innecesario utilizarla para repetir tan detallada cartografía, ¿No lo crees?
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