Jugaba a confundirme entre las losetas amarillas, me sentaba en medio de la fuente a remojarme con mis juguetes introduciendo en el agua trocitos de papel aluminio para simular una colonia de carpas japonesas a mi alrededor. Claramente me recuerdo maravillada arrojando los metálicos especimenes al agua, viendo como la luz del sol reflejaba los colores de las plantas y terminaba por convertir el aluminio en mascotas multicolores… Desde aquellos juegos mis dimensiones han cambiado pero aun así me sigue gustando sentarme en la fuente a inspeccionar los tubos salientes de los curiosos anfibios para deducir por qué el agua nunca salió por ahí y siempre tuve que llenar la fuente con cubetas… Tal vez mañana llene la fuente y me siente un rato a ver los colores de la casa de mi abuela reflejándose en el agua…
...Regreso más tarde.
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