Los sueños recurrentes de la temporada se tornan líquidos; silenciosamente se filtran por las ventanas de mi habitación y ahora mi cama es un océano particular en el que puedo olvidarme del tiempo mientras tú me llevas a recorrer el azul y yo sólo me ocupo de abrazarme a tu espalda evitando extraviarme sin ti durante mis horas de sueño…
2 comentarios:
Cuando niño, jugaba a bucear en el fondo de la cama. La línea de la superficie se definía por el dobladillo de la sában, así que desde la almohada me hechaba unos súper clavados y me hundía hasta encontrar algún herrumbroso tesoro... algún calcetín, con suerte!
A pesar de los años sigo con el vicio de vivir gran parte de mi tiempo en sueños... aun me sorprendo y eso vale la pena...
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