Después de bebernos la media hora por la que íbamos, en la mesa sólo quedó una botella color carmín; Tú ofreciste, yo asentí. ¿La cuenta? Esa no me la pidas porque la perdí antes de comenzar a contar; justo en el momento en que las sillas se pegaron al piso, la mesa se redujo, los personajes se multiplicaron, el baño se alejó y el equilibrio se me fundió en alguno de los hielos...
En el baño un espejo; me miro a los ojos y sin consideraciones me ordeno: Camina derecha, mira al frente, evita tambalearte y sobre todo no le digas a nadie lo separados que están tus pies de tu cabeza.
Fiesta, sí; la de uno de mis mejores amigos, otro ariano de veintisiete que igual que yo no sabe si deprimirse, enojarse o alegrarse de cumplir años. Intuyo, por la magnitud de la fiesta, que este año como los anteriores optó simplemente por adueñarse del equilibrio y la cordura de varios invitados.
Yo aún no decido que sería bueno para mí este año, por lo que solicito de la manera más amable todas las sugerencias posibles...
En el baño un espejo; me miro a los ojos y sin consideraciones me ordeno: Camina derecha, mira al frente, evita tambalearte y sobre todo no le digas a nadie lo separados que están tus pies de tu cabeza.
Fiesta, sí; la de uno de mis mejores amigos, otro ariano de veintisiete que igual que yo no sabe si deprimirse, enojarse o alegrarse de cumplir años. Intuyo, por la magnitud de la fiesta, que este año como los anteriores optó simplemente por adueñarse del equilibrio y la cordura de varios invitados.
Yo aún no decido que sería bueno para mí este año, por lo que solicito de la manera más amable todas las sugerencias posibles...
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