miércoles, septiembre 28, 2005

A mis veintiséis...

Es una putada que el dentista me diga que tiene que sacarme cuatro piezas para arreglar mi mordida.
Es encantador que algunas películas me sorprendan como la primera vez que las vi
Es karmático que me sigan fascinando las golosinas
Es una tristeza no seguir en la universidad
Es una locura seguir haciendo sólo lo que me gusta
Es una cosa extrañísima no poder manejar un auto que no sea estándar
Es una maravilla que mis padres todavía me cuiden
Es una delicia soñar a colores y recordarlo
Es una estupidez sentirme sola tan seguido
Es indecente levantarme a la hora que me da la gana
Es mágico tener amigos imaginarios
Es sugestivo delinear mis labios en rojo
Es un pecado extraviarme en mis palabras
Es un cumplido que me pidan identificación en un bar
Es una perversión increíble comprar calzones
Es una curiosidad recordar los nombres de viejas caras
Es fascinante tener amigos que aún disfrutan jugar a las escondidas
Es un gusto seguir disfrutando el quik de chocolate
Es un escándalo comer paletas
Es inconfesable sonreír dormida
Es inconveniente olvidar la prudencia
Es insólito el uso que se le puede dar a un chocolate
Es meritorio seguir buscando
Es oportuno hacer uso indiscriminado de la imaginación
Es común que me aburran los adultos...

1 comentario:

Ce pequeño dijo...

Es increíble que todavía conserves la inocencia, es inconcebible imaginarte de otra forma que la que tienes ahora, es sorprendente esa sonrisa que no se borra... lo vuelvo a decir una y otra vez hasta perdewr el aliento, más sabe divina por diabla que por ser vieja, me refiero al sexo por supuesto, que la edad no cuenta para nada. Recibe un abrazo, un beso y muchas felicidades. Amiga no imaginaria.